En décadas recientes se ha visto una fuerte tendencia hacia el uso de los elementos estructurales como parte de la arquitectura misma. Platicamos con el Arq. Carlos Betancourt, fundador de Betancourt Arquitectos para que nos explicara el uso del acero estructural como elemento arquitectónico.
¿Qué es el Acero Estructural Arquitectónicamente Expuesto?
El acero estructural arquitectónicamente expuesto, es una tendencia que se viene manejando desde los años 60 con el movimiento del High Tech en donde algunos de sus precursores como Renzo Piano, Norman Foster y Richard Rogers empezaron a dejar de modo visible los elementos portantes de los edificios en las fachadas de torres y edificios públicos.
Más recientemente en México, existe una tendencia que aboga por la honestidad y pureza de los materiales, donde arquitectos como Mauricio Rocha, o Manuel Cervantes entre otros, buscan dejar aparentes los elementos que conforman sus obras, incluyendo el acero estructural.
¿Qué tipo de uso puede dársele al Acero Estructural Arquitectónicamente Expuesto?
Idealmente cuando se concibe un edificio se busca que los elementos estructurales sean congruentes al modo en que reaccionan a las fuerzas de gravedad y de sismo. Así pues, uno de los principales usos del acero estructural como elemento arquitectónico radica en su uso estructural, enfatizándolo en las fachadas y losas de entrepiso. Me explico con un ejemplo: La Torre Reforma de Benjamín Romano, o la Torre Constituyentes 41 de Alberto Kalach, ambas parten del principio de dejar los elementos a compresión en concreto aparente, mientras que las trabes en acero aparente. Es decir, en ambas obras si uno observa cuidadosamente verá que los muros y columnas laterales son de concreto, y de estos elementos se suspenden las losas, eliminando columnas intermedias mediante el uso de vigas de acero y tensores, en ambos casos dejados a la vista.
Otro uso es el ornamental como en la Torre Avancer en San Luis Potosí de Manuel Cervantes, donde una serie de cartelas verticales de acero corten le conferirán un ritmo interesante a la fachada del edificio, además del color propio del acero con dicho tratamiento.
¿Desde cuándo existe esta tendencia en la arquitectura?
Desde la revolución industrial. Si bien la tendencia de dejar aparentes los elementos que conforman la estructura de las obras arquitectónica parece reciente, en realidad es algo que se viene realizando desde finales del siglo XIX.
Hay dos grandes ejemplos que incluso revolucionaron el arte de la arquitectura. Por un lado el Palacio de Cristal y por otro la Torre Eiffel.
El primero fue diseñado por Joseph Paxton en 1850, e inaugurado en 1851 para la Feria Mundial de Londres. Mientras que la segunda fue concebida por el ingeniero Gustave Eiffel para la Feria Mundial de 1889, en Paris.
Estos ejemplos fueron trascendentes porque no sólo usaron el acero o el hierro como elemento arquitectónico, sino que cambiaron por completo nuestra forma de materializar espacios con grandes claros y plantas libres, en el caso del Palacio de Cristal, o bien alcanzar increíbles alturas como el caso de la Torre Eiffel.
Ahora bien, cómo lo mencioné, a la par que existen estos ejemplos, hacia el inicio del siglo XX hubo una tendencia consistente en ocultar los elementos estructurales, y eso no cambió sino mucho más adelante con el movimiento moderno y la influencia de la Bauhaus, más en concreto en la escuela de Chicago hacia la época de la post-guerra. Aquí uno de los mejores exponentes sin duda fue el arquitecto alemán Mies Van Der Rohe, quién comenzó a dejar los elementos de acero estructural a la vista y sin recubrimiento en las fachadas de obras como la Casa Farnsworth y el Crown Hall de la Universidad de Illinois.
Gracias a Mies, una generación entera de arquitectos que le sucedieron han ido refinando el uso del acero estructural como elemento arquitectónico a la par del minimalismo y la sobriedad en el diseño sobre todo de rascacielos alrededor del mundo por personajes como Norman Foster, Renzo Piano y Richard Rogers.
¿Quiénes son sus principales exponentes?
Partiendo de la pregunta anterior, hoy en día uno de sus principales exponentes es sin duda el arquitecto Richard Rogers, quién ha creado todo un estilo arquitectónico en torno a dejar a vista todos los elementos que conforman la estructura de sus obras.
Uno de los mejores ejemplos que ilustran este punto es la Torre BBVA Bancomer en Paseo de la Reforma realizada en colaboración con Legorreta; otro ejemplo contemporáneo al anterior es el Ladenhall Building en Londres, donde al igual que en la Torre BBVA Bancomer, hace que una serie de mega-marcos estructurales definan el ritmo de la fachada.
Otro gran ejemplo de la obra de Rogers es el aeropuerto de Madrid, en el cual todas las columnas y la cubierta tienen sus elementos de acero estructural aparentes y pintados con unos colores muy alegres. Demostrando que el acero estructural no tiene que ser cuadrado o feo, sino todo lo contrario, puede ser manejado como elemento escultórico.
Una obra más que también me ha fascinado del mismo arquitecto, es otro aeropuerto: La Terminal 5 de Heathrow. Ahí lo interesante no es solo el que los elementos estructurales estén a la vista, sino la propia complejidad de los nodos, donde los arquitectos e ingenieros claramente hicieron un excelente trabajo en equipo, ya que no es común ver este tipo de soluciones expuestas, sino que con frecuencia la mayoría de los arquitectos opta por esconderlas.
Otros grandes exponentes de esta tendencia en México abarcan la obra de Enrique Norten, Benjamín Romano, así como los ya mencionados Mauricio Rocha y Manuel Cervantes.
Sólo como paréntesis, Mauricio Rocha más que hacer edificios enormes o especializarse en un estilo específico, lo que tiene de interesante es que aboga mucho por la congruencia y honestidad de los sistemas estructurales y constructivos que propone. Así pues, en su obra es común ver elementos de acero estructural expuestos, algunas veces con tratamiento tipo Corten, otras veces simplemente pintados, pero en harmonía con otros materiales como la madera y el concreto.
En el caso de Manuel Cervantes hay una tendencia similar, pero algo que hoy está de moda y él usa mucho es el tratamiento del acero oxidado sobre todo como elemento decorativo en fachadas, celosías y otros detalles arquitectónicos. Este último lo comento, porque hay una creciente tendencia entre jóvenes arquitectos a proponer el uso del acero ya no tanto como su solución estructural, sino simplemente como elemento decorativo, a veces incluso como mero ejercicio de fachadas, sin una racionalización más profunda, aunque esto último ya es más una percepción personal.
¿Cuál es el futuro de esta ola arquitectónica?
Es difícil decir que depara el futuro. Por un lado, si bien la tendencia contemporánea es dejar los materiales aparentes y continuar con una fuerte tendencia hacia el minimalismo, también es cierto que hay cada vez mayor competencia con otros sistemas estructurales como la madera, o más recientemente el uso de fibra de carbono, entre otros materiales experimentales.
Ahora bien, existe en todo el mundo cada vez una mayor preocupación por el desarrollo sostenible y el uso inteligente de recursos naturales, reduciendo emisiones de carbono y la huella ecológica de las actividades relacionadas con la industria de la construcción. Aquí el uso del acero estructural juega un papel fundamental si éste es reciclado y tomado del deshecho de construcciones que han sido demolidas. Continuando con esta tendencia de dejar aparentes los elementos estructurales, y no solo como elementos arquitectónicos, podríamos reducir significativamente el impacto de nuevas construcciones al evitar importar acabados desde el otro lado del mundo, y también podría haber mayor congruencia en cuanto al uso de materias primas locales.
Ahora bien, si se compara el acero estructural con otros materiales y tendencias, es posible que el panorama sea más competitivo. Cómo mencionaba, justo ahora se está investigando el uso de la madera como elemento estructural a gran escala para rascacielos y construcciones de gran tamaño, por tanto en el largo plazo, al menos en Canadá y Europa, la tendencia sea hacia menor uso del acero en general para el futuro.
En conclusión, el acero tiene fuertes ventajas tanto desde el punto de vista estructural como arquitectónico, pero su futuro dependerá fuertemente en el impacto que tiene dicha industria en el medio ambiente, hacia una sociedad más sostenible.
Gracias por la agradable plática Carlos. ¿En dónde pueden contactarte?
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